El Pop Art es una de las corrientes artísticas que a partir de sus lejanos orígenes a finales de la década del 50, ha logrado cautivar durante más de 60 años a la mayoría de los amantes del mundo del arte, como así también a los más atrevidos diseñadores de decoración de interiores.
El motivo fundamental de este hecho radica precisamente en la energía y vitalidad que manifiesta el Pop, el cual se caracteriza por elevar todo lo relacionado a la estilística, para lo cual se basa en la utilización de colores y formas que permiten expresar ideas desenfadadas y a la vez armoniosas.
Cuando el Pop es utilizado para llevar adelante la decoración de interiores de una vivienda, por lo general suelen combinarse elementos correspondientes a épocas pasadas, por lo que se recurre a la utilización de muebles y accesorios de décadas anteriores.
En general, el mobiliario ideal para ambientes de estilo Pop suele incluir mesas largas y de baja altura, sillones y sillas con formas ergonómicas, cojines grandes y puffs, entre otros. Lo ideal es utilizar mobiliario fabricado en diversos materiales que puedan lograr una excelente combinación dentro del ambiente.
En este aspecto, podemos utilizar muebles en plástico y metal, como así también en madera en colores claros y sin barniz. Es fundamental que las líneas del mobiliario se caractericen por presentar un aspecto sencillo, que permita brindar una verdadera sensación de movimiento al espacio.
Para lograr dicho movimiento, uno de los aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta durante la decoración en base al estilo Pop es mantener una apariencia divertida y vanguardista mediante los colores y las formas que transforman a las paredes, y dan el marco ideal para todos los muebles y accesorios que completarán el diseño.
Por ello, lo ideal es recurrir al método de empapelado de paredes, seleccionado motivos geométricos y florales, en la gama de colores de lilas y rosas, marrones y ocres, marfiles y salmón.
Es recomendable combinar los tonos en búsqueda de lograr un toque de psicodelia en el ambiente, sin llegar a ser estridente, ya que corremos el riesgo de saturar con la decoración seleccionada.
Los más audaces, pueden utilizar papeles para paredes que posean un diseño de rayas gruesas, en disposición horizontal, que combine colores fuertes tales como el blanco, la gama de los rojos y los azules.
En cuanto a lo textil, para lograr un verdadero estilo Pop lo ideal es colocar en determinados espacios alfombras de pelo largo en colores fuertes y motivos que nos remitan a los años sesenta.
Por otra parte, las formas geométricas y las flores suelen ser los motivos ideales para la tapicería y las cortinas, donde los elementos curvos en los estampados permitan alcanzar un diseño que brinda una sensación ergonómica y estilizada, mediante elementos psicodélicos, que combinados al mobiliario manifiesten un verdadero movimiento de color y formas.
Lo ideal es utilizar textiles en colores fuertes y desenfadados, tales como los tonos fucsias, turquesas, verdes, naranjas y demás, que permitan crear una verdadera armonía entre el diseño de las paredes, el mobiliario y los accesorios.
Por lo general, al diseñar un ambiente Pop se suelen incluir objetos decorativos propios del estilo que permiten alcanzar una verdadera combinación de todos los elementos que componen la decoración. En esta línea, es ideal la utilización de lámparas, vajilla, cojines, e incluso la incorporación de electrodomésticos en desuso propios de la época, tales como viejas neveras y televisores retro.
No obstante, el secreto más importante para lograr una verdadera decoración Pop es la incorporación en el ambiente de cuadros e ilustraciones propias de la corriente artística, tales como reproducciones de famosas pinturas de Andy Warhol o Roy Lichtenstein, comics, fotografías, publicidades, carteles de películas, series de televisión y dibujos animados.
